Visita a La Real del Duero

El otro día pudimos acercarnos a otra fábrica de nuestra provincia pucelana, en este caso en plena tierra de vino, en la Ribera del Duero, al lado de Peñafiel, a escasos kilómetros de su castillo y rodeada de viñedos.

Y aquí, en una nave de 1800 m2, muy bonita y todo en madera ya que era un antiguo taller de carpintería, tienen sus instalaciones, muy espaciosas y recientes (llevan fabricando aquí desde mayo de 2013, antes hacían la cerveza en Italia y la traían).

El obrador es italiano, claro, y bastante tecnológico. Con capacidad para hacer lotes de 1000 litros y tres ollas: una para el macerado, otra para el whirlpool y otra para la cocción. El funcionamiento del calor es gracias a una caldera de gas y al uso de aceite diatérmico.

Además, tratan el agua mediante ósmosis inversa y adecuan luego sus características a las necesidades de las diferentes cervezas. Y luego, para acabar con la sección “tecnología”, tienen 4 fermentadores isobáricos controlados por temperatura (con glicol), que les permiten fabricar actualmente más de 4000 litros al mes, pero que pretenden al menos duplicar para el año que viene.

Con todo ello, hacen actualmente 5 recetas: Una Blonde y una Special Bitter, con receta de Renato Carro (el cervecero italiano del que han aprendido las técnicas), una Red y una Kölsch, con receta de Daniel Fermun, y la última, una Old Ale, con receta de su maestro cervecero, José Martín.

Y nos trataron muy bien, ya que a lo largo del día pudimos probar todas, la Old Ale en primicia, además. Y pudimos ver que son cervezas bastante bien logradas y adecuadas a los estilos. Es más, en Artecaña, en Mayo, cuando participó Rodrigo como jurado, la cerveza ganadora por unanimidad de los jueces fue la Special Bitter.

Y además de tratarnos bien, pudimos charlar durante un buen rato con Jesús, Juan Carlos o el citado José, sobre muchos temas, incluyendo sus planes de futuro, que pasan por proyectos de uso de más materia local, contando con la colaboración de sus socios agricultores, haciendo pruebas de cebada autóctona (con la posibilidad incluso de malteadora) y otros proyectos similares.

Nosotros les deseamos suerte en todo ello, y ya tenemos apalabrada otra visita en un tiempo, para ver cómo evolucionan y que nos vuelvan a agasajar. Hasta entonces, visitaremos otras micros, pero que sepáis que han puesto el listón muy alto.

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